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El radar que más multa está en Oviedo

El radar que más multa está en Oviedo

El pasado año, 21 de las 30 instalaciones estaban huecas. Las infracciones en vía interubana cayeron a la mitad respecto a las de 2013

RAMÓN MUÑIZ

Domingo, 1 de marzo 2015, 01:23

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oviedo. La mayoría de los radares anunciados en las carreteras asturianas están 'huecos' y no trabajan. La instalación que más denuncias acumula desde 2008 se encuentra a la salida del túnel de La Bolgachina, en la A-66, en Oviedo. El pasado año, la Dirección General de Tráfico (DGT) cursó la mitad de denuncias que en 2013 por imágenes tomadas por un cinemómetro fijo en Asturias.

Estas son algunas de las conclusiones que se extraen del informe que la DGT ha elaborado a petición de EL COMERCIO. El ejercicio de trasparencia confirma dos aseveraciones contradictorias solo en apariencia. Colectivos como Automovilistas Europeos Asociados reprochan que la mayoría de los cinemómetros estén lejos de los 'puntos negros', cuestión que se confirma. Desde Tráfico nunca han ocultado ese extremo, pero mantienen que la gestión de los radares dista mucho de ser recaudatoria. «La denuncia no es, en ningún caso, el objetivo final», repitió esta semana la directora general del departamento, María Seguí, en un encuentro digital. «Si buscáramos las multas, no sería inteligente señalizar dónde están los controles», razonaba meses atrás la directora provincial en Asturias, Raquel Casado.

La DGT lleva años informando de dónde tiene una instalación preparada para alojar un radar fijo. Lo anuncia mediante señalización vertical en las carreteras y facilitando la posición en su página web. En las próximas semanas, Tráfico ampliará esa información precisando también los tramos en los que preferentemente situará los radares que van en un coche patrulla o se instalan de forma temporal por los agentes.

Un conductor que circule por la red asturiana se encontrará ahora con 30 anuncios de radar fijo. Sin embargo, la mayoría de las cajas están, en realidad, vacías. En su día, la administración se hizo con un stock de cinemómetros y, para incrementar su efecto disuasorio, habilitó un número mayor de cajetines preparados para cobijarlos. Una empresa se encarga de ir rotando cada ciertos meses y de forma aleatoria todo el instrumental.

El pasado año, por ejemplo, 21 de las 30 cajas estaban en realidad inactivas. Un conductor que hiciese el viaje de ida y vuelta entre Gijón y Oviedo por la 'Y' -el desplazamiento más habitual en la región- solo pasó ante dos cinemómetros en funcionamiento. Si para entrar en la villa de Jovellanos optó por la GI-81, entonces la suma se eleva a tres.

Hubo años en los que la proporción de radares desactivados fue mayor, como muestra el gráfico adjunto. En 2008, por ejemplo, solo cinco de las instalaciones fijas estuvieron en servicio. El ejercicio de 2013 pone el contrapunto, con una rotación de aparatos que permitió controlar los excesos en 24 tramos.

El despliegue del pasado año bastó para cursar 14.086 denuncias firmes, lo que supone la mitad de las formalizadas en 2013. La instalación que más fotografías disparó está en la 'Y', concretamente en la calzada de sentido a Serín, tras un pórtico de señalización luminosa fijado antes de la bifurcación a Avilés y Gijón. El cinemómetro sorprendió 5.661 excesos, un volumen que conviene poner en relación al tráfico. Cada 24 horas circulan por ese tramo 54.600 vehículos y el radar se disparó un promedio de 15,5 veces.

El estudio realizado por la DGT detalla el comportamiento de toda la red entre los años 2008 a 2014. Es un periodo en el que la instalación con mayor actividad fue la situada en la ronda de Oviedo, justo en la salida del túnel de La Bolgachina, a la derecha de la calzada sentido León.

La velocidad está limitada a 90 kilómetros por hora y desde 2008 el radar suma 46.844 infractores. En siete años, un cuarto de las denuncias cursadas por los radares fijos en vía interurbana salió de este punto. El tramo es el que más tráfico soporta de toda la red de carreteras asturianas, con 54.620 vehículos al día en 2013.

El segundo lugar en el que más infractores caen es la entrada a Gijón desde la 'Y'. Los conductores desembocan desde la autovía y en menos de 200 metros se encuentran dos señales sucesivas que reducen el límite de velocidad primero a los 100 y después a los 80 kilómetros por hora. Inmediatamente después, en la mediana, está el radar que disciplina a los usuarios de la vía. Son un total de 37.832 las fotografías tomadas desde la instalación en los años estudiados.

Los cajetines del túnel ovetense y la entrada gijonesa copan la mitad de las denuncias. Una gestión basada en la recaudación optaría por tenerlos siempre operativos, cosa que no ocurre. Tal y como muestra el gráfico adjunto, la rotación de cinemómetros es total. Entre 2009 y 2013, los 30 tramos señalizados para el control de velocidad estuvieron operativos en al menos una ocasión. No parece existir un patrón claro que permita pronosticar qué lugares estarán mañana cubiertos y cuáles no.

Los ingresos bajan un 20%

La red de radares fijos supone la principal vía de ingresos por multa de la DGT, una recaudación que acaba de experimentar un declive. Las sanciones cobradas en la región -denunciadas por radar o agentes- le reportaron 8,2 millones el pasado año, un 20,3% menos que en 2013.

María Seguí anunció hace unas semanas su intención de modificar la gestión de la red. Además de desvelar los lugares donde se colocan los radares móviles, se ha unificado el umbral de tolerancia y existe la intención de reforzar la supervisió'n fuera de las autovías. En Asturias, cuatro de los radares fijos están al margen de las vías de alta capacidad y cursaron apenas 1.651 denuncias, lo que supone el 0,9% del total.

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