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Aspecto que presentaba ayer la entrada las Urgencias de adultos del HUCA.
Los hospitales siguen a destajo pese a que la virulencia de la gripe empieza a remitir

Los hospitales siguen a destajo pese a que la virulencia de la gripe empieza a remitir

El Hospital Central aplazó 24 cirugías, una situación que se repitió en Arriondas y Jarrio. La vuelta al cole podría provocar un repunte

Laura Fonseca

Viernes, 13 de enero 2017, 02:20

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Los hospitales siguen llenos, con los servicios de urgencias saturados y las plantillas trabajando a destajo a pesar de que la incidencia de la gripe parece empezar a remitir. Ayer se conoció que en la última semana analizada por Vigilancia Epidemiológica, la que va del 2 al 8 de enero, los virus gripales circularon por Asturias con algo menos de intensidad. La epidemia pasó de dejar una tasa de 635 enfermos gripales por cada cien mil personas a 304 por cien mil. En cifras reales, hablamos de un pico semanal de 6.935 afectados computados a finales de 2016 frente a otro de 3.344 registrado nada más comenzar 2017. Pero lo dicho, a pesar de ese descenso epidemiológico, la tensión en los hospitales, en los centros de salud y en las urgencias, continúa. Cierto es que la situación parece mejorar y dar algo de respiro, pero no lo suficiente como para recuperar la normalidad.

Ayer, el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) suspendió siete operaciones ante la falta de camas suficientes para dar cabida a nuevo pacientes. El día anterior, el miércoles, el mayor hospital de la región ya había hecho lo propio con otras 17 intervenciones, según confirmó a EL COMERCIO el subdirector de Asistencia Sanitaria y Salud Pública del Área IV, Alberto Fernández León. Las cirugías aplazadas son, según detalló dicho responsable, de pacientes que en ningún caso acumulaban demoras de más de seis meses. Los procesos oncológicos y más complejos, como pueden ser los trasplantes o intervenciones complicadas, «no se tocaron en absoluto», señaló.

El HUCA pasó serios apuros a principios de semana, cuando sus nueve plantas de hospitalización llegaron a albergar cerca de mil enfermos, el tope de su capacidad actual. Según detalló Fernández León, La Cadellada tiene instaladas habitualmente unas 900 camas de hospitalización, que se pueden estirar, mediante la instalación de supletorias, hasta el millar. En todo caso, el nuevo hospital tiene un techo de pacientes ingresados, ya que las habitaciones de La Cadellada adolecen de la flexibilidad que sí había en el antiguo hospital, donde se podían instalar tres camas.

El nuevo hospital, pequeño

Desde el sindicato Comisiones Obreras, el secretario de Acción Sindical de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios, Alejandro González, criticó que «un hospital de las características del HUCA se colapse con una gripe. Es una vergüenza y denota la mala planificación que se hizo en su momento, y que CC OO siempre denunció. El nuevo hospital perdió doscientas camas que son las que ahora nos faltan para la gripe». González recordó que el viejo HUCA «disponía de un servicio de urgencias de Silicosis que absorbía muchos de los enfermos respiratorios que ahora van a las urgencias de La Cadellada, totalmente saturadas y colapsadas». Asimismo, apuntó que en El Cristo «cuando había problemas de ocupación se abrían más plantas, pero en el nuevo HUCA eso no es posible, como quedó demostrado con esta gripe».

Con todo, para el subdirector de Asistencia Sanitaria lo vivido estos días, con una tremenda presión asistencial en Urgencias del HUCA, donde se registraron cifras históricas que sobrepasaron los 400 enfermos diarios, «no estamos en situación de colapso». Ayer, el complejo tenía libres cincuenta camas y sus responsables confiaban en recuperar la normalidad a lo largo de hoy, ya sin suspensión de operaciones.

Otros hospitales que tuvieron que suspender intervenciones fueron los de Jarrio y Arriondas, tras registrar lleno absoluto y no disponer de camas libres para nuevos ingresos. El centro hospitalario de Coaña solo mantuvo la programación de la cirugía mayor ambulatoria, la que no requiere de hospitalización. El resto de intervenciones quedó a la espera de que la ocupación provocada por la demanda que genera la gripe, baje.

También delicado era el panorama en el Valle del Nalón, donde once pacientes aguardaban ayer por la mañana en los boxes de urgencias a la espera de poder subir a planta. El hospital langreano solo tenía libres tres camas. Desde el servicio de urgencias, sobrepasado de enfermos, los facultativos derivaron algunos pacientes hacia el HUCA «ante la imposibilidad de poder atender a todos en tiempo y forma», argumentaban.

El descenso que la incidencia gripal ha mostrado en esta última semana, no entusiasma, de momento, a Sanidad, donde se muestran muy cautos. «Con la gripe nunca se sabe, ya que puede tener un comportamiento muy errático. No nos atrevemos a hacer vaticinios, aunque lo más lógico es que la intensidad siga bajando», explicó el jefe de sección de Vigilancia Epidemiológica, Ismael Huerta. La clave está en la vuelta al cole. Los alumnos regresaron a las aulas el pasado 8 de enero. Habrá que ver cómo se comporta el virus entre los más pequeños, que son los que actúan de auténticos disparadores de la gripe.

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