Borrar
Columna de vapor de la térmica de Soto de Ribera, vista desde el monte Naranco, en Oviedo.
Científicos afirman que las térmicas emiten más mercurio del declarado

Científicos afirman que las térmicas emiten más mercurio del declarado

Un informe resalta la contaminación de los suelos en un radio de 15 kilómetros de las centrales de Aboño y Soto de Ribera

MARCO MENÉNDEZ

Lunes, 23 de enero 2017, 00:44

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«Los efectos de las emisiones de mercurio por la quema de carbón en las centrales térmicas de España son más altos que los informados por el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes». Así de tajantes se muestran técnicos del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria y de la Escuela técnica de Ingeniería Forestal de la Universidad Politécnica de Madrid en un estudio publicado por 'Journal of hazardous materials'. Llegan a esa conclusión después de analizar muestras de 4.000 localidades.

El estudio incluye siete centrales térmicas españolas. Los mayores niveles de mercurio detectados en los suelos en un contorno de quince kilómetros de las instalaciones lo fueron en las asturianas de Soto de Ribera y de Aboño, así como en la de Castellón. El documento asegura que esos niveles de mercurio fueron dispersados por el aire y proceden de «fuentes de combustión de carbón cercanas».

Los expertos apuntan que la mayor fuente de emisiones de mercurio son las centrales térmicas que queman carbón y que aportan el 26% del total de estas emisiones en Europa. Pero es que los niveles en España llegan al 47%. El informe achaca a las centrales de Soto de Ribera y de Aboño «la mayor concentración» de mercurio, «especialmente en un radio corto».

Las emisiones de partículas de mercurio son depositadas en un radio pequeño de las centrales térmicas, junto con metales pesados propios de la actividad industrial, por lo que los científicos consideran que «estas emisiones deben ser controladas con la mejor tecnología disponible contra el mercurio». El principal problema es que este tipo de emisiones «contribuyen a enfermedades respiratorias, cardiovasculares y neurológicas».

Pero hay más efectos. Las térmicas de «Castellón, Aboño y Soto de Ribera tienen un fuerte impacto en los niveles de mercurio en el suelo. Estas plantas contribuyen en gran medida a problemas de contaminación a escala local y están consideradas 'hotspots'», es decir, generan una temperatura más alta en sus inmediaciones que la de las localidades que las rodean.

Entre las conclusiones del informe, además de esa emisión de mercurio superior a la declarada en el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes, los científicos apuntan que «tecnologías como el carbón activado pueden ayudar a reducir las emisiones alrededor de un 90%». Por ello, solicitan «una mayor implicación medioambiental» por el sector de la generación eléctrica para «reducir las emisiones a la atmósfera.

Nuevas normas

Las autoridades comunitarias están muy concienciadas por los altos niveles de contaminación que se están registrando en muchos lugares de la Unión Europea. Hay que tener en cuenta que ya en 2015 el Instituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados austriaco apuntaba que Gijón sería uno de los lugares del continente con mayor nivel de contaminación en 2030, tal y como publicó entonces este periódico. Ahora, el Parlamento Europeo y el Consejo han sancionado una nueva directiva sobre techos nacionales de emisiones contaminantes. Entró en vigor el pasado 31 de diciembre y se pretende reducir en un 50% los contaminantes que se disuelvan en el aire en el horizonte de 2030, dadas «las negativas consecuencias para la salud de la contaminación atmosférica, tales como las enfermedades respiratorias y la muerte prematura». La Comisión Europea explica que estos nuevos niveles «repercutirán muy favorablemente en la calidad del agua, el suelo y los ecosistemas».

Los cálculos de las autoridades comunitarias indican que más de 450.000 personas mueren cada año por la contaminación atmosférica, «lo que equivale a multiplicar por más de diez las muertes en accidentes de tráfico». Por ello, antes del 30 de junio de 2018, cada país deberá «elaborar un programa nacional de lucha contra la contaminación atmosférica para el año 2019, donde se dispongan medidas que garanticen la reducción de las emisiones» de cinco contaminantes fundamentales: partículas, dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno, amoniaco y compuestos orgánicos volátiles.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios