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El velero Sirius, desaparecido desde el pasado viernes.
El velero perdido en el Mediterráneo no tenía radiobaliza

El velero perdido en el Mediterráneo no tenía radiobaliza

Salvamento Marítimo prosigue la búsqueda de la embarcación con dos tripulantes ovetenses, cuya familia se ha desplazado a Mallorca

I. REY

Viernes, 6 de mayo 2016, 03:08

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Salvamento Marítimo prosigue con los trabajos de búsqueda del velero 'Sirius', la embarcación que partió el pasado viernes de Cannes y que nunca llegó a su destino, Mallorca. Desde esa última conversación que los dos tripulantes, los ovetenses Álex López y su tío Emilio López, tuvieron con su familia y con algunos amigos, nada más se ha sabido de ellos. Desaparecieron en el Mediterráneo, en una embarcación que no disponía de radiobaliza.

El jefe de Salvamento Marítimo de Palma, Miguel Chicón, explicó ayer que el Sirius no emitió ninguna señal de socorro y que tampoco estaba dotado de radiobaliza, ese sistema que se activa con el contacto en el agua o también por una acción directa. El velero, de bandera británica, construido en 1937 y de unos 13 metros de eslora, disponía de otro sistema seguridad de más corto alcance.

Aunque sin datos concretos, desde que recibieran el aviso, los efectivos de Salvamento Marítimo han rastreado la ruta con medios acuáticos y también con aéreos, que han sobrevolado la zona de la isla de Menorca, a donde, según los cálculos de los efectivos, la corriente podría haberles llevado en caso de que estuvieran a la deriva. Las autoridades francesas también han rastreado la costa sur del país y sobrevolado también hasta Córcega.

Los dos ovetenses, con residencia en Palma de Mallorca y en Tenerife, habían volado a Cannes para traer por encargo el velero hasta la isla balear. Los dos son patrones de barco y cuentan con experiencia de navegación. «El viernes tuvimos el último contacto. Tenían previsto llegar el domingo. Como no lo hicieron dimos el aviso», explicó ayer el hermano gemelo de Álex, Pablo, ambos muy conocidos y apreciados en la ciudad.

Ayer, la familia viajo hasta Mallorca para seguir de cerca unos trabajos que, reclaman, «no se terminen».

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